Un fatídico día, la explotación excesiva desestabilizó el núcleo energético de la civilización, desencadenando un desastre natural sin precedentes. Terremotos sacudieron las bases de las montañas y un tsunami de proporciones míticas se abalanzó sobre Atlántida, sumergiéndola en las profundidades del océano en cuestión de horas. La gran Atlántida fue consumida por las aguas, y con ella, sus secretos que parecían haberse perdido para siempre…