El Drago de Canarias está envuelto en un halo de misterio que lo conecta con la mitología griega, en particular con el mito de Hércules y el Jardín de las Hespérides. Según la leyenda, en dicho jardín crecían árboles que producían manzanas doradas, símbolo de inmortalidad, custodiados por las ninfas Hespérides y el dragón Ladón.

El drago, con su aspecto único y su savia rojiza conocida como “sangre de dragón”, ha sido asociado a este mito. La leyenda cuenta que, cuando Hércules mató al dragón Ladón como parte de sus doce trabajos, la sangre de la criatura se derramó sobre la tierra, y de ella nacieron los primeros dragos: árboles tan longevos y resistentes como el propio dragón mitológico.

De esta manera, el Drago de Canarias no solo se asocia con la naturaleza extraordinaria del Jardín de las Hespérides, sino también con la idea de resiliencia, inmortalidad y misterio, características que comparte con la historia de Hércules y su legendaria hazaña.